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Invitación a escribir
Calibán, Revista Latinoamericana de Psicoanálisis
Márgenes
Creado en Viena por Freud, en el pasaje del siglo XIX al XX, el psicoanálisis nació como una disciplina apátrida. Su pasaporte no le daba derecho a la medicina, tampoco era propiamente psicología. Freud, judío, hombre desenraizado y discriminado, no gozaba de los mismos privilegios que un ciudadano vienés. Su objeto de investigación, el inconsciente, era fugitivo y sólo se dejaba ver a través de medios inusitados como los sueños, nada científicos para las ideas que prevalecían en aquella época. Como creador de esa extraña disciplina Freud insistía en escuchar a los que, por principios, no tenían voz: las mujeres y los locos. Los textos que escribía trataban de temas que, en general, eran excluidos de conversaciones y publicaciones “serias”. De esa forma, este primer psicoanalista abrió las puertas de su consultorio para tratar de asuntos secretos, dichos a media voz y que denunciarían, si fuesen hablados abiertamente, los “desvíos” de la sociedad.
Freud demarca los márgenes fluidos que separan lo normal de lo patológico, lo real de la fantasía y ubica ahí el saber psicoanalítico, en permanente construcción. Un saber que no se deja aprehender fácilmente ni con certeza ya que, por definición, el inconsciente se muestra en aquello que escapa en el habla, en los actos fallidos, en los restos diurnos, en recuerdos mal recordados, en las sobras y en las sombras, en un código al mismo tiempo claro y enigmático.
El psicoanalista se ocupa de esa paradoja, de aquello que se desvía de la corriente principal. Y para hacerlo, el lugar que toma es también el de la marginalidad, lugar que constituye su poder de visión y su fuerza. Hay perspectivas que sólo se pueden obtener desde los márgenes.
Pasados 100 años, en el siglo XXI ¿Cómo están los psicoanalistas y el psicoanálisis? ¿Qué márgenes estarán ocupando para constituirse y mantenerse libres para enfrentar las paradojas de nuestro tiempo? Para estar en su tiempo, dice Agamben , es necesario fijar en él la mirada, no para percibir sus luces, sino sus sombras ¿Sabrá el analista de este siglo ocupar esa posición dislocada? ¿Con qué trata el psicoanalista en la actualidad? ¿Consigue mantenerse en el margen de “un saber que nunca se sabe”?
Ese saber que nunca se sabe hace parte del trípode de la formación en las instituciones psicoanalíticas ¿Serán estas instituciones espacios vivos, móviles, que permitan una búsqueda que priorice al analizando, dejando márgenes en la teoría para que entre en juego lo singular y lo particular de cada dupla?
En tiempos de virtualidad, de conversaciones tecleadas, de encuentros a distancia ¿sabrá el psicoanalista tener acceso a estos mecanismos para dar privilegio a la subjetividad del sujeto, sin sucumbir a ellos, manteniéndose en los márgenes, con una mirada crítica?
¿El psicoanalista será capaz de mantener su especificidad teórica, su mirada descentrada, en una práctica más allá del espacio del consultorio, dentro de su comunidad, como parte de la cultura que lo atraviesa?
Estas son algunas de las preguntas que un psicoanalista del tiempo presente debe tomar como espacio de pensamiento para mantenerse psicoanalista.
Considerando estas perspectivas, Calibán, Revista Latinoamericana de Psicoanálisis, ha elegido para su próximo número el tema Márgenes. Invitamos a enviar trabajos, ajustados a las normas de publicación que se encuentran en las páginas finales de todos los números de la revista, hasta el 31 de agosto de 2015, en la dirección electrónica: editorescaliban@gmail. com
Esperamos que las ideas propuestas susciten interés en contribuir al debate y a la vivacidad del psicoanálisis.
Equipo Editorial de Calibán, Revista Latinoamericana de Psicoanálisis.
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