GARMA: PIONERO DEL PSICOANÁLISIS LATINOAMERICANO.

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25 octubre, 2013 por Dr. José Treszezamsky

Ángel Garma arribó a la Argentina el 24 de junio de 1938, el mismo día que cumplía 34 años, luego de haber permanecido en Francia durante dos años, y evitando retornar a España debido a la Guerra Civil, cosa que le hubiese costado la vida como había ocurrido casi dos años antes con su compañero de Residencia Federico García Lorca. Lo hizo trayendo consigo, además de su capacidad, el aire inquieto, profundo, cultural y humanístico de “una de las dos Españas” [Este relato es una modificación y ampliación del que publiqué en el libro “60 años de psicoanálisis en Argentina” editado por Asociación Psicoanalítica Argentina, bajo el título “Garma y la otra España”. Ed. Lumen. Buenos Aires, 2002. Agradezco la autorización institucional para hacer amplio uso de dicho escrito.] Ya se había recibido de médico con calificaciones de sobresaliente, y había hecho su formación psicoanalítica en Berlín donde recibió elogios y recomendaciones de su analista, Theodor Reik, analizado de Freud y Abraham. Sus supervisores fueron Otto Fenichel y Karen Horney. La supervisión con Fenichel, en ese momento el Google del psicoanálisis,  fue sobre un tratamiento de una paciente psicótica y en la carpeta de apuntes de dicha supervisión, señala la primera expresión de su paciente: “Ich leide vor allen an Schuldgefühl”: Me siento culpable por todos. El supervisor apoyó su línea de pensamiento aún no coincidiendo con él y luego, en su libro  Teoría Psicoanalítica de las Neurosis lo toma como referencia bibliográfica. En 1931, a los 27 años, es aceptado por unanimidad como miembro de la Asociación Psicoanalítica Alemana luego de presentar su trabajo “La realidad y el ello en la esquizofrenia”, donde presentaba una hipótesis distinta a la de Freud demostrando que el psicótico se siente mucho más culpable que el neurótico. Además presentó un trabajo de psicoanálisis aplicado: “Un gesto obsceno de Santa Teresa”. Mientras permaneció en Berlín formó parte de la Asociación de Médicos Socialistas Alemanes, cuyo director fue Ernest Simmel, director del Instituto Psicoanalítico de la Asociación de Berlín. En 1936 renuncia a dicha Asociación al expulsarse a los judíos de ella.

Luego de haber iniciado los estudios de medicina, a los 17 años, se ubicó durante unos años en la Residencia de Estudiantes de Madrid, hecho que mencionaba con orgullo, junto a su hermano José María, tres años menor que él y estudiante de arquitectura.

La Residencia de Estudiantes había abierto sus puertas en 1910 bajo la dirección de Alberto Jiménez Fraud. El espíritu que transmitió a la institución era el de lograr para España un alto nivel científico y cultural. Fue un ensayo de fomentar la interinfluencia entre estudiantes de distintas disciplinas científicas, humanísticas y artísticas. La selección para entrar se hacía muy cuidadosamente y se tenía en cuenta la capacidad de los postulantes con la intención de lograr una mixtura adecuada entre todas las especialidades. Se estimulaba tanto la responsabilidad individual como las metas en común. Los pensionados contribuían mucho a la instalación y el mantenimiento del establecimiento.

Miguel de Unamuno era un habitué de la Residencia; José Ortega y Gasset era uno de los directores y Juan Ramón Jiménez, quien vivió allí hasta su casamiento, participó en el diseño y planificación de los jardines en cuanto a árboles, arbustos y flores en la nueva Residencia. Luego, con el franquismo, se exilió en Puerto Rico.  La “Resi” tenía un amplio salón donde, durante la época de máximo esplendor, los años 20, se daban conferencias y conciertos por parte de las personalidades científicas, literarias, artísticas, etc., más importantes del mundo. El cuarto de los cinco edificios, que era llamado ‘el transatlántico’ debido a una balaustrada de madera que lo rodeaba, albergaba en su sótano y planta baja a los laboratorios bajo la dirección de Severo Ochoa, futuro premio Nobel de Medicina de 1959 por la producción artificial de ácidos nucleicos. Durante la década del ’50, una vez mudado a Nueva York, Ochoa invitaba a Betty y Ángel Garma a visitarlo en su casa.

En la Residencia llegaron a convivir hasta 150 estudiantes, cifra que continuó hasta 1936, con el advenimiento de la dictadura franquista. Volvió a estar en su pleno apogeo después de ese período oscuro.

La mayoría de los habitantes estudiaba medicina y eran de clase media, pero la junta directiva cuidaba que hubiera plazas para la gente de posición económica más baja.

Desde el estrado del amplio salón hablaron H.G. Wells, G.K. Chesterton, Albert Einstein, Marie Curie, el fisiólogo Walter B. Cannon, el astrónomo Arthur S. Eddington, el físico Maurice de Broglie, Paul Valery, Howard Carter (el descubridor de la tumba de Tutankamon), Le Corbusier, Louis Aragon, Paul Claudel, Henri Bergson, Keynes, etc.

En el recinto principal también se ejecutaba música y en el desfile de compositores e intérpretes figuraban Manuel de Falla, Andrés Segovia, Wanda Landowska, Igor Stravinski y Maurice Ravel.

La dirección de la institución deseaba despertar la curiosidad y acicatear el deseo de aprender y la facultad de formar juicios personales en vez de aceptar lo que dice la autoridad, cosa extraña en una España acostumbrada a la obediencia civil y eclesiástica. Imperaba un espíritu laico y liberal, había católicos y no católicos y Jiménez Fraud no toleraba que se hablara de la religión de cada uno de los integrantes. Coherente con el alma de la institución no se le construyó capilla y esto atrajo la maledicencia del conservadurismo madrileño.

Había un espíritu altamente deportivo: fútbol, tenis, atletismo, etc. Se consumía mucho té (influencia inglesa que trajo Jiménez Fraud quien tuvo en cuenta a Oxford y Cambridge en parte de la organización de la institución) y estaba prohibido el alcohol.

Una muestra de lo atractiva que era la Residencia para la juventud capaz y con ideas nuevas es lo que dijo Lorca, cuando la visitó en 1919: “El año que viene si no me vengo aquí me tiro por el cubo de la Alhambra”. Garma vivió con García Lorca en la Residencia de Estudiantes de Madrid a partir del año 1925, lo apreciaba mucho como poeta – su obra lo entusiasmaba – y también como persona. Cuando Ian Gibson escribía el libro sobre la biografía de Lorca le preguntó a Garma acerca de la homosexualidad del poeta, lamentándose que todos sus compañeros se mostraran reticentes en suministrarle información al respecto. Garma recordaba que su comportamiento amoroso casi no se mencionaba entre los otros estudiantes. Desde diciembre de 1931 a diciembre de 1932,  habiendo ya terminado su formación psicoanalítica en Berlín y vuelto a España,  trató a un artista que estaba muy enamorado de García Lorca, sin que éste le hiciese el menor caso sino más bien provocándole una situación de celos muy intensos mediante relaciones amorosas con otros muchachos jóvenes. Aparte de esto, que era la versión del paciente, Garma no tenía conocimiento alguno de maltratos de García Lorca hacia sus enamorados. Cuando ese joven enamorado de García Lorca tuvo que alejarse de su madre por haber conseguido una beca de estudios en el exterior, comenzó a padecer unos intensos  conflictos psíquicos  y una úlcera duodenal. Garma descubrió que la situación psíquica de este paciente fue lo que provocó la úlcera y su interés en el psicoanálisis de los ulcerosos se remonta a este tratamiento, contemporáneo a la publicación de su otro trabajo que mostraba que el superyó del esquizofrénico era más severo que el de los neuróticos. Sus estudios acerca de los pacientes ulcerosos fueron tan difundidos que algunos colegas norteamericanos le designaban a veces como “The ulcer man” y en Buenos Aires se decía divertidamente que el escritor Zunzurregui, que escribió una novela titulada ‘La úlcera’, que nació en la ciudad de Bilbao, que era vasco como él, y cuyo apellido tiene dos zetas como el materno de Garma, Zubizarreta, no existía realmente sino que era un seudónimo.

Garma se entusiasmó mucho con la descripción que hizo Gibson de la ‘Resi’, y por momentos tenía la fantasía de que se trataba en parte de su propia biografía porque, fuera de la Residencia de Estudiantes, el café Lyón y su sótano La Ballena Alegre, eran lugares donde él concurría habitualmente junto con otros compañeros.

En esa misma Residencia vivió Salvador Dalí desde septiembre del ’22 para dar el examen de ingreso a la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y de donde se hizo echar al dar el examen final por decir que los profesores no tenían altura suficiente como para tomarle un examen a él. Dalí había nacido en 1904, el mismo año que Garma, y tenía una presencia estrafalaria.

Por esa época, a instancias de José Ortega y Gasset, López-Ballesteros y de Torres había comenzado a traducir la obra de Freud al castellano y Dalí, al poco tiempo de llegar a la Residencia empezó a leer La Interpretación de los Sueños, obra a la cual le atribuyó posteriormente una influencia fundamental en su vida. Dalí hacía frecuentes referencias públicas entre los compañeros a esta obra freudiana de tal modo que tanto el psicoanálisis como el surrealismo, representado en la Residencia en 1925 por Louis Aragón, uno de sus más enérgicos defensores, debían ser conocidos por la mayoría de los estudiantes. Ian Gibson, el hispanista irlandés, autor de un libro sobre el asesinato  de Lorca y la represión franquista en Granada, de El vicio inglés (un estudio sobre la flagelación) y de La vida desaforada de Salvador Dalí, escribió también Vida, Pasión y Muerte de Federico García Lorca, para el cual consultó, entre otros, a Garma, y de donde extraje unos datos para estas líneas. Dice Gibson[i] que “es difícil que Lorca y [Guillermo de] Torre no comentasen juntos la deuda del movimiento para con Freud, autor tan leído entonces en la Residencia. Todo ello incidió tanto sobre Dalí como sobre Lorca,…”, y es muy probable que, junto con su vinculación con el Dr. José Sacristán, psiquiatra de la sala de Gregorio Marañón, donde Garma hizo sus primeras prácticas hospitalarias, esto haya sido el comienzo del contacto de Garma con el psicoanálisis. Por otra parte, este ambiente intelectual con Dalí hablando continuamente de los sueños, pudo haber sido una fuerte marca que influyó en el hecho de que Garma, testigo cotidiano de esta situación, se dedicara durante más de cincuenta años a la investigación psicoanalítica de los sueños.

Un grupo de jóvenes residentes, dirigido por José Bello, Luis Buñuel, y posteriormente Lorca, descubrió tempranamente en Dalí a un gran creador y, correspondiéndolos, el pintor cambió en pocos meses su aspecto y adquirió un aire mundano y refinado. El peinado desprolijo y largo se transformó a la moda de Rodolfo Valentino – aunque las películas preferidas del grupo no eran las de Rodolfo Valentino sino las de Buster Keaton – y es el mismo peinado con que veremos a Lorca en distintas oportunidades y a Garma en la foto del Congreso Internacional de Wiesbaden de 1932, en la cual figura en la fila tres, entre la figura de Ernest Jones, Anna Freud, y Marie Bonaparte, con quien en años posteriores tuvo una interesante discusión privada acerca de lo psicosomático.

Imagen

CONGRESO DE WIESBADEN, 1932

Varias poesías de Lorca muestran la enorme marca de los compañeros de la Residencia a través de alusiones al té, el humor y la camaradería; incluso muchos poemas están dedicados a compañeros entre los cuales se encuentran José Bello, Luis Buñuel y Rafael Alberti.

Guillermo de Torre, en una época cuñado de Borges, autor del manifiesto de los ultraístas españoles, se carteaba con Garma. Se reencontraron en Buenos Aires, donde había emigrado al igual que muchos intelectuales españoles republicanos y librepensadores, muchos de los cuales hacían tertulia en la librería de Francisco Ayala y su hermano, también exiliados, cita en Av. Santa Fe y Sánchez de Bustamante. De Torre junto con Losada fundaron la prestigiosa editorial Losada, que tiene ahora más de 75 años.

Durante las investigaciones acerca del dolor de cabeza, Garma, como era habitual en él, se apoyó en todas las fuentes posibles y una de ellas fue el mismo de Torre a quien le pide informes sobre este síntoma como tema literario. La respuesta del escritor y poeta menciona a Fortunata y Jacinta de Galdós, uno de cuyos personajes (Maxi) que luego termina loco, padece tales achaques. Le informa que el mismo Galdós fue víctima de ellos durante un período de su juventud, tal como lo relata en sus Memorias de un desmemoriado. Él sabía que mucho más frecuente es el caso de los autores, no de los personajes. Por ejemplo: André Gide, Nietzsche, Simone Weil, incluso él mismo. Entre los pintores, recordaba a De Chirico. Le recomendaba a Garma buscar en las novelas de Dostoievski.

Luis Buñuel salió de la Residencia un tiempo después de que Garma entrara (entre 1924 y 1925). Apenas entró Lorca a la Residencia se hizo su gran amigo y aunque alardeaba de aporrear a los homosexuales y de su machismo y de sus visitas a los burdeles (‘los de Madrid, los mejores del mundo’, decía), guardaba un comportamiento más medido frente a Federico.

Ramón Gómez de la Serna, (autor de Greguerías y otros libros famosos) luego en su exilio en Buenos Aires, mantuvo una afectuosa amistad con Garma. Era un fervoroso admirador y seguidor suyo y consideraba que reunía lo técnico junto a un más allá espiritual y artístico que daba más emoción a sus escritos. Otro compañero del grupo ultraísta de de Torre y Gómez de la Serna, era Jorge Luis Borges, quien en 1920 vivía en Madrid, para luego venir a Buenos Aires al año siguiente e introducir él mismo el ultraísmo entre nosotros; movimiento del cual posteriormente, se apartó.

El poeta Rafael Alberti, mientras su estancia de exiliado en Buenos Aires, vivía con María Teresa de León, en un edificio, especie de Flatiron porteño, de la esquina de Azcuénaga y Av. Pueyrredón, frente al cementerio de la Recoleta.  En ese mismo edificio, en el cuarto piso, vivía también el jurista español Luis Jiménez de Asúa, junto con su esposa cubana, y también un hijo de Mussolini en el último piso. Los Alberti y los Jiménez de Asúa se solían reunir los sábados por la tarde en el sexto piso, donde vivía Sofía Lubarsky quien preparaba su te con leikaj, entre otras cosas. El hermano menor de Sofía, Moisés, tomaba Coca Cola lo que irritaba mucho a Alberti, quién un día apareció con un papelito y texto de una poesía suya manuscrita dedicada a la Coca Cola, y se lo obsequió al “infiel que se bebía ese pis imperial”. Esta es una versión que recogí de un texto de la hija de Moisés, Elina Malamud. Lo extraño es que Betty Garma me dio un día una fotocopia de un texto manuscrito de la misma poesía diciéndome que eso lo había escrito Alberti en una servilleta un día que había sido invitado a la quinta de los Garma en la ruta 8, km 48, Pilar, provincia de Buenos Aires.

Y este es el texto del Sonsonete a la Coca Cola:

Me basta ver la Coca-Cola,
ese vomito invasor,
para morirme de dolor
lejos de mi tierra española.

 Cuando bebida tan extraña

veo orinar de una botella

grito alto: ¡Me cago en ella!
¿Qué hago yo aquí, lejos de España?

 

Y si en la farra disoluta
llego a beberla alguna vez
grito alto: ¡Hijo de puta!
¿Qué hago tan lejos de Jerez?

 

Me basta ver la Coca-Cola,
ese pis norteamericano
para correr, fusil en mano,
a salvar mi tierra española.

Garma cursó Medicina desde 1921 a 1927 (17 a 23 años) y recordaba como profesores suyos a Santiago Ramón y Cajal (premio Nobel de Medicina de 1906), Juan Negrín en fisiología, Juan Madinaveitia en patología general, Pío del Río Hortega en histopatología y Marañón en clínica.

Mientras vivió en Madrid en la Residencia de Estudiantes, concurrió al Servicio de Patología Médica del Hospital General de Madrid dirigido por Gregorio Marañón – autor, entre otras muchas obras, de Tres Ensayos sobre la Vida Sexual (sic). Biblioteca Nueva, Mayo de 1926. Madrid – durante 4 años y allí trabó amistad con el maestro de la medicina de quién fue un estrecho colaborador. Después de Marañón, Garma, como estudiante y como médico, fue uno de los que más intervino en todas las sesiones y comunicaciones del Servicio, presentando casos en forma personal y conjunta con Marañón. Incluso la Editorial Medicina Ibera, publicó un estudio titulado: Los reflejos de proyección visceral en la patología tiroidea. Septiembre 1927, de Marañón, Jimena y Garma. La misma editorial publicó, de Ángel Garma, en el mismo mes: Consideraciones sobre un caso de prediabetes. Muchos de los casos clínicos presentados mostraban análisis bioquímicos llevados a cabo en el laboratorio de la Residencia de Estudiantes por Severo Ochoa.

En la sala de Marañón, a los 22 años, Garma presenta un caso de adiposidad dolorosa, enfermedad de Dercum; en la presentación se adhirió al criterio de que no se trataba de una enfermedad propiamente dicha, sino de un síndrome lipomatoso habitual, en el que aparece el dolor por circunstancias diversas, la más importante de ellas, el estado neurótico de la enferma.

El maestro de la medicina tenía una gran confianza en Garma y ya lo mostraba cuando trabajaban juntos en la sala. Esto era compartido por los otros integrantes de la sala del Hospital General y sus propios condiscípulos lo veían como una gran promesa.

Veinte años después, a fines del año 1947, la Asociación Psicoanalítica Argentina editó el libro Patología Psicosomática, con la compilación y prólogo de Arnaldo Rascovsky, que despertó una gran reacción en muchos sectores, psicoanalíticos y no psicoanalíticos, por lo original de muchas hipótesis y la agudeza de sus observaciones. Cuando Marañón recibió un ejemplar y lo leyó le comunicó a Garma que se alegraba de ver que las esperanzas que todos habían puesto en él se cumplían con creces.

El intercambio epistolar era sostenido por ambos y la nostalgia que podría haber sentido Garma por su tierra y sus compañeros se vio fuertemente amainada por el hecho de que en Argentina se encontraba entre familiares, entre amigos emigrados, y con un gran éxito en su vida personal y profesional lo que ayudaba a sobrellevar la persistencia de la tiranía franquista que lo mantenía alejado de su España. Aun así, en sus cartas, Garma le recordaba a Marañón los lazos afectuosos de su juventud como estudiante y médico en la Sala del ilustre clínico. Cuando en abril del ’52 Garma le anuncia que va a Madrid, Marañón se apresura a ofrecerle su cátedra como espacio de exposición de sus ideas.

Marañón tenía no solo una gran formación médica sino también humanística. Sin embargo era reticente con el psicoanálisis aunque sabía discriminar, o por lo menos, al escuchar y leer a Garma la hostilidad al psicoanálisis desaparecía hasta tal punto que alguna vez le derivó pacientes pues, cuando de Garma se trataba,  las reservas teóricas respecto al psicoanálisis quedaban de lado por su ‘su perspicacia, inteligencia y arte’. A tal punto que el Maestro hablaba entusiasmado en su cátedra de los libros de Garma. La seriedad y la claridad en la observación clínica de Garma que ya habían impresionado desde muy temprano a Marañón hicieron que no sólo le derivara pacientes sino que también le pidiera orientación psicoanalítica con respecto a la comprensión de la vida y la obra de artistas, como por ejemplo, del Greco. Ya había germinado en el médico humanista la semilla psicoanalítica dejada por Garma, quien lo quería con mucho afecto.

El Dr. José Miguel Sacristán (1887-1956), era el psiquiatra de la sala de Marañón y director del Manicomio de Mujeres de Ciempozuelos, donde, una vez recibido, fue invitado Garma a trabajar.  En sus estudios primarios fue compañero de Ramón Gómez de la Serna. Una vez dedicado a la psiquiatría publicó sus  primeros trabajos entre 1910 y 1912, varios de ellos en colaboración con Gregorio Marañón. Fue discípulo directo de Kraepelin en Munich. La obra psiquiátrica de Sacristán fue sólida y dentro de su especialidad y a tono con las tendencias de la época introdujo las ideas de Kraepelin en España y fue un exponente – por su don de gentes, su capacidad en el discurso, su limitación a escribir lo que sabía y su gran autocrítica – del clima que emanaba la Institución Libre de la Enseñanza, de la cual dependía la Residencia de Estudiantes. Su gran amistad y la comunidad de ideales científicos con Ortega y Gasset y con Lafora lo impulsó a crear en 1919 los Archivos de Neurobiología, donde Garma publicó una serie de sus trabajos iniciales, empezando por La realidad y el ello en la esquizofrenia, en 1931, datado antes que su aparición en alemán, y cuyo valor reside en que demuestra lo contrario que la teoría freudiana en lo que respecta a la relación entre el superyó y el yo en las psicosis. Otros colaboradores de los Archivos de Neurobiología fueron Pi y Suñer, Ramón y Cajal, Marañón, del Río Hortega y muchos otros nombres destacados de la medicina. [Muchos datos de este segmento dedicado a la relación de Garma con Sacristán fueron tomados de “José Miguel Sacristán (1887-1956)”, escrito por J. Germain y J. Solis y publicado en Archivos de Neurobiología, tomo XLV, julio-agosto 1982, Número 4.]

Ortega y Gasset impulsó a la editorial “Biblioteca Nueva” a traducir y publicar la obra completa de Freud al mismo tiempo que en 1923 lanzaba la famosa Revista de Occidente. Ese mismo año Freud había publicado en su Verlag un artículo fundamental en su obra, El yo y el ello, y fue Sacristán quien en la sección que comentaba otras publicaciones se encargó de hacer conocer las nuevas ideas freudianas. En el mismo año publicó ‘La teoría psicoanalítica de Freud’, ‘El psicoanálisis como método de exploración del subconsciente’ y ‘Técnica del psicoanálisis infantil’ en la Revista de Pedagogía (Madrid) y en 1925, en la Revista de Occidente, ‘Freud ante sus contradictores’. [Revista de Occidente, Año I, N°V, Noviembre 1923, pág. 263. Agradezco a la Dra. Marta Fatone el acceso a parte de la biblioteca de su padre, el filósofo Vicente Fatone, donde encontré los primeros números de la Revista de Occidente.]

Sacristán fue nombrado en 1919 director del Manicomio de Mujeres de Ciempozuelos y permaneció allí hasta 1936, en que por la guerra civil tuvo que abandonar el lugar. Allí hizo escuela y de allí salieron destacados discípulos: Salas, José Solís y Garma, entre otros, en quienes infundía el espíritu del investigador.

En la década del ’20 aportó su experiencia y conocimiento en el Servicio hospitalario de Marañón donde organizó breves cursos a los cuales asistió Garma. Nos resulta fácil imaginar a Sacristán hablando con sus discípulos de todo lo relativo a su especialidad, y por supuesto, de las ideas freudianas. Habiendo entrado Garma a tan temprana edad al servicio de Patología Médica de Marañón, y estando en contacto con un maestro que entre otras cosas traía las ideas freudianas, nos convence la hipótesis de que fue a través del Dr. Sacristán que pudo haber tenido los primeros contactos con Freud, y que aquel comentario a El yo y el ello que salió publicado en la Revista de Occidente puede ser tomado como germen de lo que luego fue el esquema referencial de Garma con respecto a la obra de Freud: instintos de vida y de muerte, trauma y compulsión a la repetición, masoquismo primario, la teoría estructural del psiquismo y el acento en el superyó.

J. Germain fue un entrañable y querido colega y amigo de Sacristán con quién éste llegó a colaborar en algún escrito y fue el organizador y revisor de la traducción de la obra de Freud del alemán al español por parte de Luis López-Ballesteros y de Torres, quien no era psiquiatra ni médico. Germain era una de las personas a quien visitaba el matrimonio Garma en sus viajes al exterior.

Luis Jiménez de Asúa (1889-1970), patriarca del derecho penal español, socialista y Presidente de la República en el exilio, también quería mucho a Garma. Al comienzo de la década del ’30 le ofreció un trabajo en el Tribunal Tutelar de Menores donde el joven psicoanalista ya desarrollaba su sagacidad y profundidad en la comprensión de los casos. Una vez en Buenos Aires, Jiménez de Asúa, quien había sido Profesor Titular de Derecho Penal en la Universidad de Madrid, fue Profesor Extraordinario en la Universidad de La Plata, y siguió influyendo enormemente en el Derecho. Entre otros muchos libros, publicó en 1935,  ‘Valor de la Psicología Profunda en Ciencias Penales’ y que acá se tituló ‘Psicoanálisis Criminal’. En dicho libro toma a Garma varias veces como referencia bibliográfica, dentro de las cuales hay que destacar un artículo poco conocido aparecido en Archivos de Neurobiología, 1934, con el título de ‘Crimen y Castigo. Contribución al estudio de la psicología del psicópata delincuente’.

Con nativos o exiliados la recepción acogedora de los Garma era famosa. Tanto en su casa como en su quinta de Pilar, frente a cuyo comedor había un cartel de madera que decía ‘Symposio’ – ‘Banquete’ en griego -, se recibían continuamente numerosas visitas que sería interminable citar. Con ese culto a la amistad el grupo de conocidos ya estaba acostumbrado pero los visitantes extranjeros quedaban muy impactados.

Esa actitud acogedora se extendió a la difusión del psicoanálisis: era un ferviente defensor de un psicoanálisis al alcance de todos sin que se renuncie al tesoro de sus fundamentos. En ese sentido no hacía concesiones: llamaba a las cosas por su nombre y lo que era resistencia era llamado resistencia. La difusión del psicoanálisis la llevó a cabo de distintas formas: publicaciones, grupos de estudio, conferencias (fueron famosas las de la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1958 que atraía multitudes de universitarios colmando el aula magna de la facultad, muchos de los cuales terminando siendo psicoanalistas), siendo docente en distintas instituciones públicas y privadas. En la defensa de esa posición se enfrentó a grupos psicoanalíticos que pensaban que la enseñanza del psicoanálisis debía circunscribirse sólo a asociaciones pertenecientes a la IPA, y cuando se intentó sancionar a un grupo de psicoanalistas por ejercer la docencia fuera de ese ámbito uno de los fuertes argumentos garmianos fue que entonces él pedía que se sancionaran a Anna Freud, Ernest Jones y a él mismo, pues, como muchos otros, daban conferencias y cursos fuera del ámbito de la IPA.

Fue un enérgico propulsor de los Congresos Latinoamericanos y Panamericanos de Psicoanálisis en sus comienzos. Presidió el Comité Organizador del Primer Congreso Psicoanalítico Latino-Americano en la década del ’50.

Así, poco a poco empezaron a venir a Buenos Aires muchos colegas desde distintos países de latinoamérica, entre ellos, Brasil, Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Uruguay, etc. Acá no sólo recibieron formación y análisis, sino también, en los comienzos, hasta ayuda económica de parte de la llamada Fundación Muñoz.

En febrero de 1988, volviendo de un viaje con mi familia al sur de Argentina, pasamos por Miramar, ciudad dónde los Garma solían pasar sus vacaciones de verano. Al llegar al hotel, de noche, llamo por teléfono a su departamento, que miraba al mar, y me atiende Betty diciendo que mi llamado fue un milagro porque apenas empezó a sonar su teléfono se rompió el teclado de una máquina de escribir que estaba utilizando siguiendo los dictados de Ángel para un trabajo que estaba escribiendo. Le dije que queríamos saludarlos y pasamos por su departamento. Nos recibieron cálidamente, como siempre, y al despedirnos Garma me dio unas cuantas hojas escritas a máquina al tiempo que me decía que estaba escribiendo un trabajo y que le interesaba que lo leyera, escribiera mis comentarios y se los devolviera al día siguiente. Intenté protestar porque nosotros aún teníamos que ir a cenar esa noche y pensábamos seguir viaje a la mañana temprano, luego del desayuno. Como respuesta Garma primero nos recomendó un restaurant para cenar rica carne y luego me dijo que tenía tiempo para lo que me había encargado. Siempre instigaba a trabajar. Ese escrito condensaba su teoría y clínica de la interpretación de los sueños.

Me quedé tarde leyendo y escribiendo y a la mañana siguiente le entregué su trabajo y las hojas con mis opiniones. Las tomó y me pidió que me comunicara con Jorge O. Winocur, cuya opinión Garma siempre valoraba mucho, y nos invitó a reunirnos los sábados a la mañana en su casa a partir de marzo para discutir su trabajo. Y así nos reunimos Garma, Betty, Winocur y yo durante varios meses para escuchar y comentar su trabajo que, originariamente se iba a llamar: La interpretación certera de los sueños. Betty pensaba que era un título demasiado contundente, y propuso un cambio a Die Traumdeutung y…algo más. Yo siempre pensé que era una alusión a un programa de televisión que se llamaba Matrimonios y…algo más, pues así estaba constituido el grupo que se reunía los sábados: un matrimonio y algo más.

Garma fue profesor, supervisor y analista de muchos analistas latinoamericanos, quienes, en muchos casos, retornaron a sus países de origen para ejercer su profesión y difundir el psicoanálisis. En agosto de 1990 en el XVIII Congreso Psicoanalítico Latinoamericano llevado a cabo en Río de Janeiro, Garma, con la presencia de muchos discípulos y analizandos suyos de Latinoamérica presentó ese, su último trabajo, ya con el título definitivo: «Die Traumdeutung…y algo más.» Este evento fue una muestra de lo sembrado a lo largo de su carrera. Analistas renombrados de todo el continente no podían dejar de mezclar la discusión científica con el agradecimiento al ‘maestro’, como lo llamaron muchos en esa ocasión. Y también fue notorio algo que Garma mostraba siempre a los analistas: nuestras propias represiones, de las cuales no nos tenemos que avergonzar, nos llevan una y otra vez a dar a los sueños el sentido de realización de deseos. Y allí estuvo Garma, otra vez, para contestar con un escueto comentario: Los sueños son alucinaciones de situaciones traumáticas enmascaradas. Ese mismo año fue elegido Presidente Honorario de FEPAL.

En 1991, durante la conmemoración del 60° aniversario de la presentación de su trabajo para ser titular en la Asociación psicoanalítica de Berlín, presenté un trabajo titulado “Acerca de una posible influencia de Garma en Freud”. Dicho trabajo fue recibido con una cierta actitud de simpática tolerancia, con una mirada sobre un colega que habiéndose analizado con Garma parecía mantener una gran idealización. Y eso a pesar de que me esmeré en mostrar paso a paso el camino documental que seguí para llegar  a esa conclusión. Unos años después, en un libro sobre la historia de la psicología en España, un investigador, docente en la Universidad de Murcia, reconoció la alta probabilidad de acierto en mis conclusiones luego de haber tomado mis argumentos, los documentos en que me apoyé y evaluarlos. Se puede encontrar su opinión en M. y D. Saiz: Personajes para una Historia de la Psicología en España. Pirámide. Madrid. 1996. El capítulo se titula: El porvenir de una ilusión: Ángel Garma y el psicoanálisis en España, de Juan Antonio Vera Ferrándiz, Doctor en Psicología y Profesor de la Universidad de Murcia.

El compromiso de Garma con el republicanismo español se mantuvo toda la vida y cuando en 1991 aceptó el nombramiento de Gran Cruz al Mérito Civil de España, dijo, públicamente que él era republicano, pero que en ese caso aceptaba ese honor del rey de España porque pensaba que Juan Carlos era un rey democrático. La corona le otorgó un pergamino con el nombramiento y entre un número de discípulos se aportó el dinero para que la Corona Española le entregue la insignia.

El 29 de enero de este año 2013 se cumplieron dos décadas del fallecimiento de Ángel Garma. En su lecho de muerte me contó el origen de una lesión cuasi orificial que tenía en la espalda, su satisfacción por haber podido ayudar a mucha gente en la lucha contra la neurosis y el tabaquismo (yo fui uno de ellos), su rechazo a todo tipo de droga estimulante (en ese momento le estaban dando corticoides y eso le daba una fuerza artificial que lo enojaba mucho), escuché cómo le decía a Fidias Cesio, pocas semanas antes elegido presidente de APA, que había concurrido al Sanatorio a saludarlo y a agradecerle a título personal y como presidente de la institución que había contribuido a fundar: Es de bien nacido ser agradecido. Minutos antes de despedirnos Garma me dejó un encargo de por vida. Luego de susurrarme unas palabras al oído, pone el dedo índice de su mano izquierda, me toca el abdomen y me dice: José ¡¡esa pancita!!

Hago este último comentario porque esta serie de Historias del Psicoanálisis que escribo para FEPAL por invitación de su presidente, Abel Fainstein, comenzó justamente este último 29 de enero, como expresando el deseo de rescate de la historia y de continuación en la empresa de profundizar y divulgar el psicoanálisis. Aquel viernes 29 de enero de 1993 era el último día laborable del mes, y coincidía con una costumbre que se había impuesto en el ambiente psicoanalítico argentino durante décadas: las vacaciones veraniegas de los psicoanalistas comenzaban el último día hábil del mes de enero.

Algunos datos fueron tomados de comunicaciones personales de Betty y Ángel Garma.


13 pensamientos en “GARMA: PIONERO DEL PSICOANÁLISIS LATINOAMERICANO.

  1. Sonia Cesio dice:

    Jose, reescribiendote este comentario sobre tu trabajo sobre Angel Garma me aparecieron nuevas ideas. Entiendo que estas escribiendo sobre Angel y simultáneamente, estas dando cuenta de un tiempo muy fructífero para el psicoanálisis en Argentina (y en el mundo?); y también para mi: vos me lo hiciste conocer (a Angel) al llevarlo a dar clases en la facultad, compartiendo tu cátedra. Si bien han pasado tantos años!…cada vez que evoco aquella circunstancia me vuelve intacta la sensación del fuerte interés por el psicoanálisis, por profundizar en el mismo…y es maravillosamente vital! (actual, agregaría). Era algo asi como un èje’ alrededor del cual nos movíamos. Podria confirmarte que definitivamente, rescatas ‘la historia y … la empresa de profundizar y divulgar el psicoanálisis’.
    Es conmovedor tu relato; transmitís tanto amor…junto con el interés académico siempre renovado, y los datos interesantísimos, novedosos, enriquecedores tanto sobre Angel como acerca de los demas personajes históricos, de quienes nos informas tantos detalles relevantes…
    Como siempre, un verdadero placer leerte. Gracias por tu entrega!
    Muchos cariños!

  2. Jorge O. Winocur dice:

    Me pareció muy buena y bastante completa tu biografía de Ángel Garma. Te felicito. Un abrazo, Jorge

    • Dr. José Treszezamsky dice:

      Querido Jorge, te agradezco tus apreciaciones sobre mi trabajo. Del tesoro psicoanalítico que yo pudiera haber acumulado a lo largo de los últimos 40 años, muchas de sus joyas son tuyas. Gracias! Un abrazo

  3. Dr. José Treszezamsky dice:

    Rodolfo Urribarri escribió: Enviado el 24/10/2013 a las 17:44
    Gracias José, muy bueno, si bien conocía muchos de los datos vertidos , tu prosa agil, aguda y minuciosa, resaltan tu afectivo y reconocido relato, haciéndolo muy ameno e instructivo. Seguinos deleitando e instruyendo Rodolfo

    Respuesta: Querido Rodolfo, se que seguís estos relatos desde el comienzo y saberlo es un estímulo para seguir escribiendo y tratar de hacerlo cada vez mejor. Gracias!!

  4. ELENA VAZQUEZ dice:

    Querido Jose, todo lo que nos contas nos enriquece a todos los que de un modo u otro conocimos a Don Angel Garma, yo lo conoci gracias a vos. Estas haciendo un trabajo titanico GRACIAS JOSE

    • Dr. José Treszezamsky dice:

      Hola Elena: Me alegran tus palabras. Garma tenía una presencia tranquila, sin ruido, pero cuando se ponía a hablar de psicoanálisis con tanta claridad teórico-clínica y cultural, con su residual acento español, era imposible sustraerse al interés que despertaba. Seguiré investigando sobre su vida y su obra, queda mucho aún.

      Un cariño, José

  5. drperezmora dice:

    José, me ha encantado tu relato biográfico sobre este gran personaje del psicoanálisis latinoamericano y del mundo. Todo un señoron este Garma, tanto por sus contribuciones psicoanalíticas como por su forma de vida. Gracias por compartirlo. Te escribo desde Guadalajara, Jalisco, México.

    • Dr. José Treszezamsky dice:

      Muchas gracias por tus apreciaciones! Es que tuve el placer de conocerlo personalmente, de sus enseñanzas, de analizarme con él y de su amistad. Por eso lo que transmito está influido por la experiencia directa y por el lazo afectivo

  6. Gracias por compartir con nosotros estos interesantes relatos, datos y curiosidades ligados al Psicoanálisis.

  7. Paty Millan dice:

    Dr. José, encontré esta publicación, buscando mas información del psicoanálisis, me gusto mucho la redacción, muy clara y llena de historia de grandes celebridades. Despierta mas mi interés por profundizar en esta materia… Lo Felicito…

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